Cómo SMART apoya una visión holística y colaborativa
Al norte del Perú, en la región de San Martín, agricultores, profesionales, responsables de la formulación de políticas y otros actores involucrados en el avance de la agroforestería han estado trabajando estrechamente con investigadores de CIFOR-ICRAF en una plataforma de conocimientos para apoyar la toma de decisiones sobre agroforestería.
En desarrollo desde 2021, la plataforma, denominada SMART por el nombre de la región, se basa en los conocimientos compartidos por los participantes para proporcionar información que fomente las intervenciones agroforestales. Basada en un proceso de codiseño dinámico e incremental por parte de una comunidad de práctica (CdP), la plataforma digital pretende hacer que los conocimientos sean fácilmente accesibles.
“Nos ha llevado dos años llegar al formato actual de la plataforma, ya que hemos dedicado bastante tiempo articulando comprometernos con las partes interesadas y a crear impulso para demostrar lo importante que es compartir evidencia, datos e información de una forma que responda a las necesidades de los actores a la hora de decidir sobre las intervenciones agroforestales”, explica Rocío Vásquez, punto focal de la iniciativa. “La idea es construir una visión común para el futuro de la agroforestería en San Martín y comprender mejor cómo pueden combinarse los diferentes conocimientos, intereses y roles relacionados con la aplicación de la agroforestería para apoyar la toma de decisiones y la inversión, basándose en experiencias e información compartidas”.
En la comunidad de práctica SMART participan más de 20 organizaciones, cooperativas, agencias gubernamentales, académicos y otros usuarios implicados en la agroforestería en la región. San Martín es un “Paisaje de Acción” de CIFOR-ICRAF, es decir, un lugar en el que la organización lleva a cabo un trabajo concentrado a largo plazo para contribuir al cambio transformacional y mejorar la resiliencia a través de un compromiso estructurado que conduce a inversiones. Una vez finalizada y lanzada la primera versión de la plataforma digital, en febrero de 2024, el gobierno de San Martín dio un impulso a la plataforma declarando a SMART de interés regional, dado su importante papel en el apoyo al trabajo relacionado con la agroforestería.
En 2024, también se dio inicio a una nueva fase de SMART, y sus miembros están actualmente inmersos en el codiseño de un nuevo módulo de la plataforma para apoyar aún más el monitoreo de las intervenciones agroforestales. “Los resultados socioecológicos de la agroforestería abarcan la biodiversidad, el cambio climático, la seguridad alimentaria y la equidad. Los actores necesitan utilizar un marco integrado de indicadores para medir los avances y el impacto de sus intervenciones a lo largo de estas múltiples dimensiones”, afirma Valentina Robiglio, científica sénior en sistemas de uso de la tierra y coordinadora de proyectos agroforestales de CIFOR-ICRAF en Perú.
“Esto es importante, ya que no todas las formas de agroforestería son sostenibles”, explica Robiglio. “Todo depende del diseño, la composición, la gestión y los actores que la implementan: si están en condiciones de hacer realidad su beneficio a corto, medio y largo plazo. Esto también debe evaluarse en múltiples niveles, desde la parcela hasta el paisaje”. Para hacer frente a esta complejidad, SMART busca apoyar la agroforestería alineada con los 13 principios de la agroecología, ofreciendo un caso interesante para combinar conceptos relacionados con las soluciones basadas en la naturaleza, con la agroecología, yendo más allá de las distinciones léxicas y a menudo artificiales entre estos dominios, para concentrarse en sus resultados comunes.
Dada la heterogeneidad de los actores implicados en SMART, es necesario apoyar un enfoque de monitoreo que refleje los objetivos y las circunstancias en las que operan las distintas instituciones y organizaciones. La agroforestería tiene dimensiones agrícolas, económicas, sociales y medioambientales, y cada una de ellas puede medirse de diversas maneras, utilizando diferentes indicadores. Incluso algunos elementos que parecen sencillos, como los ingresos de los agricultores, pueden medirse y evaluarse de múltiples maneras. Es bajo esta perspectiva, y con el apoyo del Proyecto de Métricas y del programa TRANSITIONS –ambos parte de la Plataforma de Asociación Transformadora sobre Agroecología (TPP-Agroecología)– que, en mayo y julio de este año, representantes de las organizaciones miembros del grupo impulsor de SMART se reunieron en dos talleres para identificar de forma colaborativa las métricas para las evaluaciones holísticas de las intervenciones agroforestales.
Pensar de forma integrada
En el primer taller, celebrado los días 30 y 31 de mayo, los miembros del grupo impulsor se centraron en definir el objetivo y el marco de la evaluación, un proceso iterativo que sentó las bases del monitoreo. Mientras tanto, en el segundo taller, celebrado los días 8 y 9 de julio, se dispusieron a determinar qué procesos querían medir y qué información necesitaban para tomar decisiones, al tiempo que trazaban un mapa de los datos disponibles, los actores y las instituciones que los generaban. Los participantes descubrieron rápidamente que, antes de poder medir el éxito de una intervención agroforestal, primero tenían que ponerse de acuerdo sobre qué es el éxito y cuál es el indicador adecuado. “Esto supuso un reto, en parte porque la comunidad de práctica incluye diversos grupos e instituciones, como cooperativas, gobiernos regionales y locales, agencias agrícolas, inversores, responsables políticos y ONG medioambientales”, señala Vásquez. “Cada grupo tiene una comprensión diferente de sus intervenciones y objetivos, incluidos los requisitos institucionales para evaluar e informar”, agrega.
Cuando los participantes en el taller hablaron por primera vez de medir el impacto de la agroforestería, pensaron principalmente en términos de productividad de los cultivos. Sin embargo, esto cambió significativamente durante el segundo taller, en el que los participantes empezaron a desglosar esas dimensiones en función de los resultados que querían conseguir con sus respectivas intervenciones. Partiendo de las categorías generales de “medios de vida” y “servicios ecosistémicos”, determinaron qué resultados buscaban, qué usuarios de la plataforma estarían más interesados en esos resultados, cómo se medirían y qué fuentes de información podrían utilizarse. Los participantes coincidieron en la importancia de medir las distintas dimensiones de la agroforestería y valoraron la posibilidad de integrarlas en una visión más holística. Hubo un interés especial por los elementos medioambientales, incluidos el cambio climático y la biodiversidad.
Por ejemplo, al principio, los medios de vida solo incluían elementos relacionados con los ingresos, como la diversificación de la producción, el aumento de la productividad y el acceso a los servicios técnicos y al capital. Pero luego el concepto de medios de vida se amplió para incluir otros elementos relacionados con la salud, la equidad de género, la gobernanza y el conocimiento.
Reforzar una “cultura de la evidencia”
El siguiente paso en el diseño del marco de monitoreo consistirá en que CIFOR-ICRAF desarrolle una propuesta de un conjunto de indicadores que correspondan con las dimensiones identificadas, basándose en los atributos y características definidos por la CdP. A continuación, estos se integrarán en la plataforma, ofreciendo una biblioteca de métricas para ayudar a los usuarios a construir sus propios marcos y adaptar el monitoreo a sus propias necesidades, todo ello seleccionando las métricas más importantes para ellos, desde la salud del suelo a la producción de cultivos o el aumento de la biodiversidad en sus parcelas agroforestales.
“La biblioteca no contendrá datos”, indican Vásquez y Robiglio, “pero permitirá a los usuarios especificar qué quieren medir y a qué escala”. El módulo, actualmente en desarrollo, se implementará a partir de un motor de búsqueda que sugerirá los indicadores que deseen incluir. Cada indicador irá acompañado de una ficha informativa en la que se explicará su importancia y cómo medirlo, así como dónde se pueden encontrar los datos y cómo visualizarlos.
“Aún queda un buen trecho de programación antes de que pueda ponerse en marcha”, afirman Vásquez y Robiglio. Los futuros talleres se centrarán en cómo se presenta y visualiza la información, para garantizar que sea fácil de usar.
Trabajar en el marco holístico y la biblioteca es un paso más en la consecución de la misión de SMART: el proceso de diseño colaborativo de la plataforma fomenta una cultura de toma de decisiones e inversión agroforestal basada en evidencia, ayudando a crear capacidad para los procesos de codiseño de intervenciones agroforestales centradas en los agricultores y específicas para cada contexto.
Aunque hay muchos grupos diferentes implicados –desde las agencias gubernamentales y la cooperación internacional hasta la sociedad civil– “el objetivo final es beneficiar a las familias agricultoras y a las asociaciones de productores de San Martín”, concluyen Vásquez y Robiglio.
Para más información, por favor contacte a Rocío Vásquez, investigadora asociada en gobernanza y compromiso basado en evidencia de CIFOR-ICRAF (R.Vasquez@cifor-icraf.org).
La plataforma SMART se ha desarrollado con el apoyo de SHARED y la Plataforma de Asociación Transformadora sobre Agroecología (TPP-Agroecología), gracias al financiamiento del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) y la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de Noruega (NICFI-NORAD).